domingo, 22 de noviembre de 2009

La Homeopatía funciona

La Homeopatía

La homeopatía (del griego ὅμοιος homoios, ‘similar’ y πάθος pathos, ‘sufrimiento’) es un sistema de medicina alternativa, caracterizado por el uso de remedios carentes de ingredientes químicamente activos.
Fue desarrollada por el médico sajón Samuel Hahnemann (17551843) a principios del siglo XIX. Tiene una amplia y creciente popularidad en las áreas en las que se practica,[1] siendo financiada o cubierta por algunos sistemas de sanidad pública o seguridad social.
La homeopatía surgió como una alternativa más benigna y moderada a la medicina dominante de la época.
Se basa en los principios de que lo semejante se cura con lo semejante (similia similibus curantur), y de dilución extrema.
Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo progresivamente una sustancia y sacudiendo repetidas veces la disolución (potenciación o dinamización); la dilución llega a alcanzar tal grado que no queda ni una molécula de la sustancia original.[2]

Contenido
1 Base teórica
1.1 Remedios homeopáticos
1.2 El proceso de dilución
2 Historia de la homeopatía
2.1 Hahnemann
2.2 Kent
3 Prevalencia y regulación
3.1 Reino Unido
3.2 Francia
3.3 Alemania
3.4 Estados Unidos
4 Críticas a la homeopatía
4.1 Argumentos de los partidarios de la homeopatía
4.1.1 La visión pragmática
4.1.2 Reconciliación con la química molecular
4.1.3 Estudios controlados y ensayos clínicos
5 Notas

Base teórica

La teoría de la homeopatía sostiene que los mismos síntomas que provoca una sustancia en una persona sana indica que puede ser usada en un remedio, preparado con la misma sustancia , pero diluido y potenciado, siguiendo el principio enunciado como similia similibus curantur (‘lo similar se cura con lo similar’), para curar una enfermedad con síntomas similares.
El concepto homeopático de enfermedad difiere del de la medicina convencional: considera que la raíz primaria o predisposición del mal o enfermedad crónica es un transtorno energético en vez de físico. Y que el malestar se manifiesta primero con síntomas emocionales (como ansiedad y aversiones), pasando a ser, si no se tratan a tiempo, síntomas mentales, conductuales y por último físicos. Para Hahnemann la enfermedad no es causada por ningún agente físico discreto, sino por la falta de armonía de la «fuerza vital.


Remedios homeopáticos.

La Materia Médica Pura es un listado de síntomas asociados a sustancias. Se redactó mediante ensayos homeopáticos, observando los síntomas que una materia produce en voluntarios.
El repertorio homeopático, la Materia medica, es un listado de remedios y síntomas recopilado de esta forma, y utilizado para identificar el remedio más apropiado para cada caso.
James Tyler Kent, que publicó su repertorio en 1905, recoge unos 700 remedios diferentes. En la actualidad, se usan cerca de 3000 remedios distintos en homeopatía, de los cuales 150 se consideran de uso común.
La preparación de los remedios homeopáticos, conocida como dinamización o potenciación, consiste en una serie de diluciones seguidas de agitaciones, tras cada proceso de dilución. Se observa que la vigorosa agitación ("sucusión") que sigue a cada dilución transfiere parte de la esencia energética de la sustancia al agua. El factor de dilución de cada etapa es tradicionalmente de 1:10 (potencia D o X) o de 1:100 (potencia C), aunque recientemente se han realizado potencias LM (factor de dilución de 1:50.000 en cada etapa).
La elección de la potencia prescrita depende de cuán asentada esté la enfermedad diagnosticada, siendo 4 el punto de partida típico para males agudos, y 30 para males crónicos. El factor de dilución se considera mucho menos importante que el número de diluciones sucesivas. Las potencias D son, por lo general, las preferidas en Europa, mientras que las C prevalecen en los Estados Unidos e India.

El proceso de dilución
La homeopatía define la potencia de sus remedios de acuerdo al número de diluciones: cuanto más diluidos estén, más potentes son. El proceso de dilución se llama potenciación.
La potencia es un número entero, de modo que cuanto más alto sea el número, la dilución es mayor. 30X, por ejemplo, está más diluido (por lo tanto, de acuerdo con la homeopatía, es más potente) que 10X. Esto contrasta con la medicina convencional y la bioquímica, que dicen que cuanto más ingrediente activo esté presente en un medicamento más fuertes serán los efectos fisiológicos (positivos y negativos).
Se considera que mientras las diluciones más bajas tienen mayor efecto fisiológico, las diluciones más altas presentan mayores efectos en el plano mental o emocional.
Un mayor factor de dilución presenta también ventajas en el preparado, puesto que asegura su inocuidad.
Gran parte de la controversia en torno a la homeopatía se centra en el mecanismo por el que supuestamente actúan estas sustancias tan diluidas. Los críticos afirman que el grado de dilución de las preparaciones homeopáticas es tal que difícilmente pueden contener alguna cantidad de la sustancia diluida, esto es, no hay moléculas de la sustancia «activa» en las diluciones más «potentes». Más aún, puesto que el agua ha estado en contacto con millones de substancias distintas a lo largo de su historia, un solo vaso de agua sería una dilución de casi cualquier substancia concebible y entonces, de acuerdo a los principios homeopáticos, serviría como tratamiento para casi cualquier enfermedad imaginable.

Historia de la homeopatía


Pintura alegórica de Alexander E. Beideman (1857) mostrando el horror con que la Homeopatía y Samuel Hahnemann contemplan a la medicina de la época.
La homeopatía fue propuesta como un nuevo método terapéutico por el médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843), quien lo concibió entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, publicando la primera edición de su obra magna, Organon der rationellen Heilkunde, en 1810. Hahnemann la presentó como respuesta a la terapéutica predominante de la época, identificada por él como sistema alopático o alopatía, en contraposición a su propio sistema.
Aunque ramas del saber médico como la anatomía y la fisiología habían dado importantes pasos para convertirse en científicas, sobre todo desde el Renacimiento, la terapéutica seguía siendo dominada por las enseñanzas de Galeno, y se venía tratando a los enfermos mediante medidas extremas como purgantes, eméticos (vomitivos) y, sobre todo, sangrías —extracción deliberada de sangre— a menudo hasta el límite del desmayo.
Una evaluación con los conocimiento actuales de esta etapa de la historia del arte terapéutico, lleva a la conclusión de que los médicos estuvieron haciendo más mal que bien durante esos casi dos mil años. La propuesta de Hahnemann resultaba mucho más benigna, porque desde el principio propuso la utilización de preparaciones muy diluidas.
A mediados del siglo XIX la terapéutica convencional comienza a valerse de los resultados de la investigación científica, sobre todo los de la biología y la química, identificando la causa de muchas enfermedades como resultado de agentes infecciosos, y empezando a examinar estadísticamente los datos epidemiológicos. El desarrollo de métodos estadístico y experimentales, como la prueba controlada aleatoria, para la evaluación de las medidas terapéuticas, ha alejado a la medicina del siglo XX, al menos la que se enseña en las facultades universitarias, del estado de cosas que conoció Hahnemann. En contra de los reproches de éste, ni entonces ni ahora, los recursos terapéuticos se buscan entre los que provocan síntomas opuestos a los del paciente, que es lo que quiso dar a entender con el término alopatía.

Hahnemann


Hahnemann abandonó en 1784 el ejercicio de la medicina, desencantado por lo que veía como un esfuerzo inútil o contraproducente, a pesar de la aceptación acrítica de la mayoría de sus contemporáneos, y se dedicó durante un tiempo a la traducción de textos de medicina. Ocupándose de una obra del escocés W. Cullen, encontró en ella motivos de desacuerdo respecto a la explicación de las virtudes de la quinina, y emprendió sus propias investigaciones, como era frecuente en la época, sobre él mismo. Observó que los síntomas  provocados por la ingestión de quinina coincidían con los de las fiebres palúdicas para las que estaba indicada. Esta constatación le inspiró la interpretación de que «aquello que puede dar lugar a un conjunto de síntomas en un individuo sano, puede curar a uno enfermo que presente ese mismo conjunto de síntomas», recuperando un antiguo principio de Hipócrates, padre de la medicina actual, similia similibus curantur (lo semejante se cura con lo semejante), que es el fundamento de la terapéutica hahnemanniana.

Kent


El Repertorio Homeopático de Materia Médica fue escrito por James Tyler Kent.
La homeopatía como sistema fue refinada de modo significativo y popularizada por el estadounidense James Tyler Kent.
La homeopatía se basa en la teoría de que cada elemento, planta y compuesto mineral puede, si se ingiere o aplica, producir ciertos síntomas. Hahnemann creía que, diluyendo estas sustancias de un modo sistemático, alcanzaría la verdadera esencia de la sustancia. Hahnemann describió este proceso de dilución como «potenciación» (en alemán, potenziert) de la sustancia. Estas cantidades diluidas podrían usarse para tratar todos los síntomas que se sabe que producen.
Hahnemann y sus estudiantes abordaron sus tratamientos de un modo holístico, lo que significa considerar el cuerpo y el espíritu como un todo, no sólo la enfermedad a tratar.
El propio Hahnemann permaneció largas temporadas con sus pacientes, preguntándoles no solamente por sus síntomas o enfermedades, sino también detalles sobre sus vidas cotidianas. Se dice que el modo amable de actuar de los homeópatas es una reacción a los métodos violentos de la medicina de entonces, que incluía técnicas como la sangría como algo cotidiano.
De acuerdo con los homeópatas, la medicina convencional ve los síntomas como signos de enfermedad. Los modernos tratamientos intentan combatir la enfermedad eliminando la causa de los síntomas (bacterias, parásitos, trastornos bioquímicos, etc). Según la homeopatía, sin embargo, los síntomas son en realidad la forma que tiene el cuerpo de combatir el mal. La homeopatía enseña que esos síntomas deben ser potenciados prescribiendo un remedio en minúsculas dosis el cual, en grandes dosis, produciría los mismos síntomas que presenta el paciente.
En el discurso actual de la homeopatía  expresa que los remedios homeopáticos pretenden estimular el sistema inmunitario, colaborando en la curación, alegación que comparte con la mayoría de las terapias alternativas.

Prevalencia y regulación

La homeopatía ha alcanzado un elevado grado de aceptación popular en muchos países. La homeopatía ha atraído a muchos médicos durante casi dos siglos, habiendo afirmado muchos de ellos su eficacia.
Además de los médicos titulados en homeopatía, algunos médicos aplican también terapias homeopáticas.
Se han difundido ampliamente los tratamientos homeopáticos en gran parte de Europa y en algunos otros países, como la India, Argentina y México; así, en Alemania (hasta 2003) y Francia la homeopatía y otras formas de medicina alternativa son cubiertas parcialmente por la seguridad social

Reino Unido
En Gran Bretaña hay un gran desarrollo de la homeopatía hasta el punto de que cuenta con un nutrido grupo de médicos investigadores, considerados por los suyos de alto nivel, como por ejemplo Peter Fisher, David Reilly, Ronald Davey, y otros. Existen en este país cinco hospitales homeopáticos que están integrados dentro del Sistema Nacional de Salud británico (National Health Service), en el cual más de cien médicos realizan su labor tanto a nivel clínico como de investigación. Destacan por su importancia especialmente el Royal Homeopathic Hospital de Londres y el Glasgow Homoeopathic Hospital. Se estima que efectúan más de 80.000 consultas al año sumando el conjunto hospitalario homeopático del Reino Unido.
En junio de 2009 Evan Harris, médico portavoz en materia científica de los Demócratas Liberales de la Cámara de los Comunes, se hacía eco en The Guardian de las protestas de algunos médicos y miembros del parlamento contra el gasto de millones de libras que el National Health Service (Servicio Nacional de Salud) realiza en tratamientos homeopáticos sin efectividad demostrada. A lo que Peter Fisher, del Royal London Homeopathic hospital y David Peters, director de medicina integrada en la Universidad de Westminster contraponían el derecho democrático de los pacientes a escoger el tipo de tratamiento que deseen.[5]

Francia
En el país galo el ejercicio de la Homeopatía está reservado exclusivamente a los médicos. Se estima que al menos una quinta parte de sus habitantes ha sido tratada con remedios homeopáticos, ya sea como tratamiento único o combinado con otros métodos. En Francia existen varias escuelas privadas que sostienen unos 40 centros, en los cuales se forman al año al menos cinco mil médicos. Este país además ha incluido dentro de su farmacopea una monografía titulada Preparations Homéopathiques que enseña acerca de los métodos para controlar y preparar medicinas homeopáticas, así como sus denominaciones farmacéuticas y niveles de dilución (o potenciación) permitidos. Está cubierta parcialmente (35%) por la seguridad social.[6]

Alemania
Debido a que en este país nació la Homeopatía, sigue siendo dentro de Europa en donde goza de mayor aceptación tanto a nivel general como de la clase médica. También es Alemania un país donde la población manifiesta una apreciable inclinación hacia los tratamientos alternativos, o complementarios, en general, como por ejemplo la acupuntura, y esta tendencia se ha visto incrementada en los últimos años de manera notable.
En este contexto, el país germano destaca por su riqueza en modos de preparación de las medicinas homeopáticas, como la Homöopathisches Arzneibuch (HAB) que abarca unas 400 monografías sobre medicamentos homeopáticos, además de otra parte más general dedicada a las técnicas de fabricación y control.
Hoy día, en Alemania, la homeopatía se practica oficialmente por médicos y Heilpraktiker (naturópatas reconocidos, autorizados para practicar la medicina exceptuando cierto número de actos médicos), debidamente titulados, ya sea en centros privados, ya sea en las universidades. En el caso de los médicos la escuela de referencia es la D.Z.H.A. (Unión Alemana de médicos Homeópatas), que promueve la investigación y estudios de tipo científico sobre homeopatía, estando encargada de realizar cursos y de representar a los homeópatas ante el estado alemán. Actualmente los tratamientos homeopáticos ya no son financiados por la Seguridad Social.

Estados Unidos
En los Estados Unidos, los remedios homeopáticos están regulados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés). Sin embargo, la FDA trata los preparados homeopáticos de un modo significativamente diferente a como trata a los medicamentos convencionales. Los productos homeopáticos no necesitan ser aprobados por la FDA antes de salir al mercado, no se les exige probar su seguridad, ni se les pide etiquetar sus productos con fechas de caducidad, ni son sometidos a pruebas que verifiquen sus contenidos y potencial. Las etiquetas de los productos homeopáticos, al contrario que los medicamentos convencionales, no tienen que identificar sus principios activos dado que tienen muy poca cantidad, o ninguna en absoluto. Los medicamentos que tratan enfermedades graves solamente se pueden expender con prescripción facultativa, mientras que los productos homeopáticos que dicen tratar esas mismas enfermedades no tienen esta limitación, porque no son considerados medicinas.

Críticas a la homeopatía

Los defensores y los oponentes de la homeopatía discrepan sobre si los ensayos científicos con el uso de placebos y métodos homeopáticos han sido satisfactorios. Algunos ensayos clínicos han producido resultados positivos en los límites de la significación estadística, pero los críticos se apoyan en que nunca un ensayo de una mínima calidad ha producido resultados claros en favor de la eficacia de la homeopatía.
En 1997, la revista médica británica The Lancet publicó un meta-análisis de 89 ensayos clínicos, que dio una conclusión ambigua que sirvió para alimentar tanto a los defensores como a los detractores de la homeopatía. Pero un nuevo metaanálisis (27-8-2005) en la misma revista, esta vez de 110 trabajos primarios, contiene la inequívoca conclusión de que los efectos clínicos de la homeopatía son efectos placebo.[10]
Respecto a este meta-análisis, el Dr. Peter Fisher, del Hospital Homeopático de Londres (Royal London Homoeopathic Hospital, University College), indicó en carta a la misma revista The Lancet dudas sobre la selección de ensayos de este trabajo, del que sospecha el propósito intencionado de desacreditar a la homeopatía. Según Fisher los motivos de dicha selección no se explican en el artículo y su relevancia en la clínica homeopática actual no está clara. Los autores respondieron a estas objeciones, alegando condiciones bien explicadas para la clasificación de los 110 trabajos, incluidos los 8 del grupo especial. El trabajo se realizó dentro de un programa de evaluación por el Gobierno Suizo de la eficacia de las medicinas complementarias, que incluyó un amplio estudio observacional de 10.000 pacientes; 3.000 de ellos fueron tratados con homeopatía. Los efectos del tratamiento homeopático fueron evaluados positivamente respecto a su seguridad, que nadie suele discutir, y economía comparados con los  de los tratamientos convencionales.
En cuanto a la eficacia curativa, el meta-análisis de la evaluación suiza produjo resultados positivos para la fitoterapia, inconcluyentes para la medicina tradicional china, y dentro de los límites del efecto placebo para la homeopatía (Documento en pdf). En cualquier caso, los resultados de las distintas evaluaciones condujeron al gobierno suizo a interrumpir el pago por la Seguridad Social de las variantes de terapia alternativa previamente financiadas, incluida la homeopatía, por no ajustarse a los criterios requeridos de eficacia y relación coste-beneficio.
Paradójicamente, instituciones académicas regladas, como la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid o la de Sevilla ofrecen una especialidad médica de Homeopatía, mientras otras en España, como Santiago de Compostela, Granada y Murcia ofrecen estudios sobre Homeopatía.
De la misma manera es común encontrar la promoción de remedios homeopáticos en oficinas de farmacia.
La homeopatía es considerada, por sus detractores, como un residuo pseudocientífico de la alquimia, cuyos resultados se pueden explicar por el efecto placebo. La mayoría de los científicos atribuyen los pocos estudios que han producido resultados ligeramente positivos a la casualidad, porque los resultados no son apenas medibles ni los ensayos reproducibles, y porque hay muchos más experimentos fallidos. Además, la metodología de estas pruebas indica que una pequeña parte de ellas dan falsos positivos.
Se ha criticado científicamente la falta de consistencia lógica en la afirmación de que el agua de algún modo «recuerda» las propiedades químicas de las moléculas que alguna vez estuvieron en contacto con ella señalando que el agua "pura" que los propios homeópatas usan estuvo anteriormente en contacto con otros componentes, como residuos químicos, orina, metales radiactivos y venenos varios, que consecuentemente debieron, según dicha teoría, dejar recuerdo en la misma. También se ha señalado que las sucesivas diluciones no incrementan o disminuyen los efectos que la sustancia en cuestión tiene, sino que de hecho no dejan más que agua, destruyendo por completo el agente sanador.[11] En este sentido,el científico Jacques Benveniste quien recibió el Premio Ig Nobel de Química 1998, fue atacado y desacreditado «por su importante descubrimiento en Homeopatía, que indica que el agua no sólo tiene memoria, sino que esta información se puede transmitir a través de la Red Telefónica y de Internet».[12] [13] [14]

Argumentos de los partidarios de la homeopatía
La visión pragmática
Los partidarios de los tratamientos homeopáticos señalan el hecho de que la mayoría de la gente que buscan tratamientos homeopáticos están satisfechos con los resultados. También dicen que todo tratamiento que haga que el paciente mejore es válido, sin importar si entra en conflicto con el modelo actualmente aceptado de la composición molecular de la materia. La discusión sobre si el efecto placebo está implicado o no en esto se considera un asunto meramente académico.

Reconciliación con la química molecular
Recientes investigaciones indican que en ciertas situaciones cuanto más diluida está una sustancia, sus moléculas tienden a permanecer juntas.[15]
Una investigación, publicada en el 2003,[16] estaría aportando un argumento a favor de la base de esta terapia. Este estudio aseguraría que el agua tiene lo que denominaron «efecto fantasma»; comprobando que sustancias como el cloruro de litio o el cloruro de sodio (sal común) «modifican la estructura de hidrógeno del agua», después de realizarse una dilución intensiva. Con lo cual, estaría apoyando de esta forma el aparente «recuerdo del agua» frente a experiencias químicas recientes.

Estudios controlados y ensayos clínicos
Dana Ullman, en su libro de 1995 The Consumer's Guide to Homeopathy, dedica un capítulo completo a las «Evidencias científicas de la medicina homeopática». Por ejemplo, cita un estudio de 1991 en el que figura:
Tres profesores de medicina holandeses, ninguno de ellos homeópatas, realizaron un meta-análisis de 25 años de estudios clínicos con medicinas homeopáticas y publicaron sus resultados en la revista British Medical Journal. Este meta-análisis cubrió 107 ensayos controlados, de los cuales 81 mostraban que las medicinas homeopáticas eran efectivas, 24 determinaron que no tenían efectos, y dos no eran concluyentes. Los profesores concluyeron: «La cantidad de resultados positivos fue una sorpresa para nosotros.»[17]
Un metaanálisis publicado en la revista Lancet sostiene que:
The results of our meta-analysis are not compatible with the hypothesis that the clinical effects of homoeopathy are completely due to placebo. However, we found insufficient evidence from these studies that homoeopathy is clearly efficacious for any single clinical condition.[18]
‘Los resultados de nuestro metaanálisis no son compatibles con la hipótesis que los efectos clínicos de la homeopatía sean completamente debidos al efecto placebo. Sin embargo, no encontramos suficiente evidencia de que la homeopatía sea claramente eficaz en alguna condición clínica.’
Los críticos de la homeopatía sostienen que estos resultados «positivos» (en el sentido que el término tiene en la estadística clínica) eran mínimos, no reproducibles y pobremente controlados.
Los médicos homeópatas, sin embargo, creen que la investigación justifica la efectividad de la homeopatía, y Ullman afirma que la investigación clínica no necesita ser invalidada por la necesidad de un remedio a la medida del individuo. Por ejemplo, cita un artículo publicado el 10 de diciembre de 1994 en Lancet («¿Son reproducibles las pruebas en favor de la homeopatía?»), que documenta un ensayo clínico sobre el uso de remedios homeopáticos para el tratamiento del asma. También cita otros ensayos, como uno que estudiaba niños con diarrea, que fue documentado en mayo de 1994 en Pediatrics («Tratamiento de la diarrea infantil aguda con medicina homeopática: un ensayo clínico aleatorio en Nicaragua»).
De hecho, Ullman defiende que los estudios han confirmado que los remedios homeopáticos son efectivos aunque no haya un tratamiento personalizado por parte del médico. Cita dos estudios, incluyendo uno publicado en marzo de 1989, publicado en British Journal of Clinical Pharmacology, «Evaluación controlada de una preparación homeopática para el tratamiento de síndromes gripales», para defender esta postura. Los llamados «remedios combinados», en los que se mezclan varios preparados homeopáticos, se venden a menudo en los Estados Unidos, y la teoría homeopática tradicional tiende a esta aproximación, aunque Ullman cita ensayos que sugieren lo contrario.
Ullman sostiene, de hecho, que «uno sería prácticamente ciego si ignora el conjunto de datos experimentales que existen sobre las medicinas homeopáticas y niega el conjunto de experimentos de los homeópatas y de sus pacientes. Sólo se puede asumir esta ceguera como una aflicción temporal, que pronto se curará».
Los científicos que examinan estos mismos datos niegan que los experimentos fueran controlados apropiadamente. Desde una perspectiva científica, que los datos de observación más favorables que puede ofrecer una teoría para afirmarse se mantengan dentro de los límites de la incertidumbre estadística, como ocurre con la teoría homeopática del medicamento, es uno de los signos que, combinados con otros, indican que se trata de una pseudociencia.
En 1988, un científico francés, Jacques Benveniste, que trabajaba en el prestigioso instituto INSERM afirmó haber descubierto que las diluciones altas de sustancias en el agua dejaban una "memoria", proveyendo así una base racional a la ley de los infinitesimales de la homeopatía. Sus hallazgos se publicaron en una revista científica de reconocimiento mundial (Nature, 1988). Las investigaciones posteriores de la comunidad científica, incluyeron  como estrategia dentro del comité científico investigador a un mago llamado James Randi, lo que tuvo como resultado la suspensión del científico francés y la continuación del debate.[19]

Notas
La homeopatía en Francia (Wikipedia Fr.)
Tránsitos: Jacques Benveniste y John Mack
"Transatlantic Transfer of Digitized Antigen Signal by Telephone Link," J. Benveniste, P. Jurgens, W. Hsueh and J. Aissa, "Journal of Allergy and Clinical Immunology - Program and abstracts of papers to be presented during scientific sessions AAAAI/AAI.CIS Joint Meeting February 21-26, 1997"
Elsevier Science: Thermoluminescence of ultra-high dilutions of lithium chloride and sodium chloride, copia accesible en Artsenvereniging voor homeopathie
Dana Ullman, M.P.H. The Consumer's Guide to Homeopathy
«Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled trials» The Lancet. Vol. 350. n.º 9081. pp. 834–43.


fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Homeopat%C3%ADa#Base_te.C3.B3rica

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